domingo, 22 de junio de 2008

22.Junio



Inundada de sensaciones,
que colmaban asta el ultimo punto disponible de su conciencia.
No sabía que pensaba,
tenía tantos trastos viejos acumulados en su pequeña cabecita...

Cada día era imposible evitar no pensar en cosas
que sin quererlo le llevaban a la máxima distracción,
a veces a la máxima preocupación,
o quizás no hacía más que asustarse por lo que podía llegar a desenvolverse.

Por nada en el mundo quería cambiar su mundo,
pero tenía miedo de que si no cambiaba algo de él,
no funcionaría más adelante,
precisamente como cuando a un trasto se le acaban las pilas
pero ya no quieres ponerles unas pilas nuevas,
porque estas aburrido de que siempre funcione de la misma manera.

Las decisiones son difíciles de tomar,
eso era algo evidente que tanto ella como los de su alrededor conocían.
Ni siquiera quería acercarse a la realidad,
tenía miedo de tocarla
y sentir que no estaba a eso que algunos humanos llaman la altura.
Estar a la altura de la realidad,
de afrontar la verdad,
de asumir lo que viniera con ello.

Pero por qué a veces intentamos mentirnos a nosotros mismos?
Por qué no somos capaces de aceptarnos?
De aceptar nuestra realidad?
De querer ser sinceros con nosotros mismos y de intentar conseguir nuestros objetivos aunque no sean los que la gente de nuestro alrededor desean?
Por qué no nos ceñimos a cumplir con nuestros sueños?

Quizás son demasiadas preguntas,
o quizás se me esta empezando a ir un poco la pinza.
No quiero reflejar en este texto mi realidad,
sino una experiencia, y algo que espero que sirva de reflexión para muchos otros que se sientan de la misma manera.
Todo problema tiene una solución, sino no sería realmente un problema, si todo fuera tan fácil no creeis que el mundo sería más aburrido?

Con todo esto no os quiero decír que esta precisamente
sea la clave perfecta.

1 comentario:

Elsirulii dijo...

Y piscinaa y peñaaaaaaaaa
Te quiero boba.